Está en nuestras manos. Las manos son algo fundamental en nuestra labor y por desgracia también pueden suponer un riesgo involuntario para la salud del paciente no sólo en el área quirúrgica, en cualquier área del sistema sanitario, como medio de transmisión de patógenos si no se siguen las normas más básicas de higiene y protección. Por todo ello debemos poner nuestro esfuerzo y voluntad como enfermeras en conseguir eliminar este riesgo para el paciente, a través de un correcto uso de las técnicas y disponiendo de los recursos necesarios. Y para ello vamos a hacer una revisión de esta técnica, refrescando los conocimientos y fijando nuestra atención en puntos a tener en cuenta.
Para comenzar explicaremos los tipos de lavado de manos que existen: el lavado higiénico, antiséptico, y el lavado quirúrgico.
El lavado higiénico y antiséptico. Tiene como objetivo el remover de la superficie de nuestras manos la mayor cantidad posible de suciedad, flora no habitual y patógenos. Esta técnica es extensible a cualquier personal que entre en contacto con el paciente dentro del ámbito sanitario, y ha de realizarse antes y después del contacto directo con pacientes, del uso de guantes, de manipular dispositivos invasivos o tras cualquier contacto sospechoso con elementos contaminados. Para esta técnica usaremos: agua, jabón y/o soluciones alcohólicas. Durante el proceso debe prestarse especial atención a zonas importantes que en ocasiones olvidamos o que por su constitución pueden ser un lugar perfecto para acumular gérmenes y suciedad como son los pulgares, las zonas interdigitales y las uñas.
Aun recuerdo lo que una vez nos dijo una de nuestras profesoras durante la carrera: "A una enfermera se la conoce por la forma de lavarse las manos, aunque esté fuera del hospital". Y es verdad, la técnica ha de ser algo tan común para nosotros que la aplicamos dentro y fuera del ámbito sanitario.
El uso de soluciones alcohólicas, que también pueden usarse el el lavado quirúrgico, debe realizarse siempre en manos visiblemente limpias de suciedad y no contaminadas. Y su uso puede realizarse de forma independiente o como forma de refuerzo al lavado de manos con agua y jabón.
El lavado quirúrgico. Es el proceso por el cual se eliminan de nuestras manos toda la suciedad, flora no habitual y la mayor cantidad posible de flora habitual antes de la participación en una técnica estéril. Es uno de los principios más básicos y en los que más errores se cometen dentro del quirófano, generalmente por falta de una deficencias en la formación, malos hábitos y porque pese a ser considerada una técnica básica, no es tan sencilla como puede parecer. Existen dos formas para la técnica: con jabones antisépticos (aprox. 5 min) o soluciones alcohólicas (1.5-2 min).
Algunos puntos a considerar:
- Antes de comenzar debemos llevar la indumentaria necesaria: Gorro, calzado apropiado, mascarilla quirúrgica y pijama quirúrgico. Y asegurarnos de que disponemos de los elementos necesarios (soluciones antisépticas, toallas de secado, bata y guantes estériles preparados para el uso).
- Han de retirarse todos los elementos de nuestras manos y muñecas: anillos, relojes, pulseras.
- Preferiblemente las uñas han de ser cortas y sin ningún tipo de esmalte. Las uñas artificiales están prohibidas.
- Debemos usar un jabón/solución jabonosa antibacteriana (generalmente Povidona yodada o Clorhexidina) o soluciones alcohólicas.
- Pese al hábito, el uso de cepillos está desaconsejado por su capacidad de producir microerosiones cutáneas.
- Si no estamos seguros de la calidad del agua, debemos usar soluciones alcohólicas tras el lavado quirúrgico con antiséptico, aunque se desaconseja el uso de ambas técnicas consecutivamente.
Como reglas generales diremos que la técnica ha de realizarse en una zona adecuada y con un lavamanos apropiado que deje suficiente espacio para la realización de la técnica evitando las salpicaduras y roces. Si durante el proceso existe contaminación por roce involuntario con algún elemento no estéril, deberemos repetir el proceso.
La zona a lavar será desde el codo hasta la punta de los dedos, si usamos jabones antisépticos repetiremos la secuencia manos-muñecas-codos, manos-muñecas, y finalmente manos, de 2 a 5 minutos o lo que aconseje el fabricante de la solución antiséptica, sin necesidad de prolongarlo más. Las manos han de mantenerse a nuestra vista y por encima de los codos en todo momento. Nunca hay que dejar correr el agua desde la zona proximal (codos) hacia la distal (dedos) y jamás sacudir las manos tras el enjuagado.
Las manos deberán enjuagarse y secarse por separado, evitando el contacto de una con la otra. Para ello usaremos dos toallas de secado estériles (de papel o gasas), que usaremos primero para secar las puntas de los dedos y manos y avanzar hasta los codos, teniendo especial cuidado de no tocar directamente con nuestra mano contraria esta zona o la parte de la toalla que ha contactado con el codo. Desecharemos la toalla con cuidado y utilizaremos una nueva para repetir el proceso en el lado contrario.
El uso de soluciones alcohólicas está recomendada por varios estudios, como la forma más segura, efectiva y económica .La técnica tendrá una duración de 1.5 min y se aplicará desde los codos hacia la mano, usando una cantidad suficiente de producto, friccionando incidiendo en todas las zonas de las manos y dejando secar totalmente al aire antes de la colocación de los guantes estériles. No secar con paños o papel. Entre aplicaciones/casos está recomendado el uso de agua y jabón.
Manteniendo estas directrices nos aseguramos de que nuestra técnica es correcta sin poner en riesgo la seguridad del proceso.
Dermatitis. Desgraciadamente es un grave problema que puede afectarnos seriamente en nuestra labor diaria como profesionales y a la que estamos expuestos debido al uso continuado y repetitivo de productos agresivos para las características de nuestra piel. Nosotros debemos ser los primeros en valorar qué factores pueden favorecer su aparición: temperatura del agua, sensibilidad a alguna de las soluciones antisépticas, tipos de guantes (látex, polvo), correcto secado de manos, etc. Y a su vez es importante el disponer de variedad de recursos a la hora de realizar esta técnica para facilitarnos la protección de nuestras manos, así como tener a nuestra disposición lociones y soluciones para el cuidado de la piel.
Para terminar, espero que hayáis encontrado este post interesante y recalcar que la formación, los recursos y la comunicación también son elementos claves para lograr una efecto claro en la prevención de las enfermedades por contacto dentro del ámbito sanitario y una práctica quirúrgica segura.
Referencias:
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