miércoles, 27 de agosto de 2014

El contaje: Las enfermeras de quirófano saben contar de 5 en 5

En mi carrera profesional he trabajado en bastastes quirófanos en diferentes hospitales, por fortuna o por desgracia, y una de las cosas más sorprendentes es que en pocos se repite un modelo de contaje, conteo o recuento.
Uno de los aspectos más básicos de la práctica profesional de una enfermera de quirófano es el control de los elementos utilizados en el campo quirúrgico y que puedan suponer un riesgo para el paciente. Las gasas, compresas, agujas de sutura, hojas de bisturí, e incluso el instrumental en sí, han de estar bajo control y recuento durante la cirugía y lo más importante, al final de la misma. Esta comprobación debe llevarse acabo en equipo, entre la instrumentista y la circulante, que deben estar de acuerdo con el resultado final y comunicarlo al cirujano. Por descontado, el cirujano ha de favorecer y promover que el recuento se realice con el tiempo suficiente, colaborando con la inspección del campo quirúrgico y facilitando a la instrumentista, de la forma más segura, los elementos susceptibles de contaje.
Qué elementos han de ser contados varía dependiendo del hospital (en mi experiencia, incluso del país) y el registro por escrito del contaje en sí se lleva a cabo en pocos quirófanos. Este registro por escrito debería constar en la historia del paciente, a ser posible dentro del plan de cuidados perioperatorio, y firmado por quienes han participado en el recuento.

Imagen 1. Modelo utilizado en mi hospital y que además de la información básica del paciente y cirujano responsable, recoge la información del numero de elementos contados y las firmas de la instrumentista y circulante que realizan el contaje.

Gasas y compresas: de cinco en cinco. Las gasas y compresas que se usan el quirófano, y que por descontado deben estar marcadas con un comprobante radiopaco, se distribuyen en paquetes de 5 unidades, aunque algunas veces las encontramos en paquetes de 4, 6 ó incluso 10. Contar las gasas y compresas por paquetes o lotes es el método más sencillo y más utilizado. La diversidad de métodos aparece a la hora de cómo contar esos lotes. En algunos quirófanos se guardan los envoltorios, en otros se apuntan los paquetes que usan, en otros se mantiene un número constante de gasas/compresas en uso, abriendo un paquete nuevo cada vez que se desecha un lote.
Desde mi punto de vista el contaje global de todas las gasas/compresas por lotes es el método más seguro, han de contarse una a una al abrir un lote nuevo y han de  desecharse y embolsarse por lotes. Para este método uno de los objetos más útiles, simples y por desgracia no demasiado frecuentes en el quirófano es la pizarra blanca. Su uso para el contaje facilita consideranlente la tarea, pudiendo usarse además para mostrar información relevante a la vista de todos los miembros del equipo como por ejemplo los datos del paciente, cirugía a realizar, alergias, y cualquier información que pueda ser útil durante la cirugía y deba tomarse en consideración.
También debemos tener en cuenta el contaje de otros elementos susceptibles como lentinas y torundas que, debido a su pequeño tamaño, debemos tener en gran consideración.
Como medidas de seguridad esencial, es importante señalar que dentro del quirófano jamás deben guardarse, bajo ningún concepto, gasas y/o compresas susceptibles de recuento. Sí, a todos nos da pena tirar a la basura gasas y compresas limpias y que podrían utilizarse por ejemplo en tareas de limpieza dentro del quirófano, pero esta práctica en relación a elementos del contaje supone un riesgo para una práctica segura. Y además podemos añadir, que nada debe salir del quirófano hasta que el caso haya finalizado, y con ello hago referencia a las bolsas de desecho que han de sacarse del quirófano cuando el caso haya finalizado, nunca antes.

Agujas, bisturís, y elementos punzantes. Es curioso como en algunos quirófanos se presta mucha atención sólo al contaje de gasas y compresas, dejando sólo a la instrumentista el criterio del recuento de elementos punzantes durante la cirugía y que no sólo son peligrosos para el paciente, también para los miembros del equipo, incluído el personal de limpieza.
Estos elementos deben formar parte del contaje estandarizado, dándoles le relevancia necesaria, como la que se da a las gasas y compresas.
Además, el uso de elementos de seguridad como cajas para elementos punzantes y/o almohadillas especiales hacen mucho más seguro su manipulación y localización durante la cirugía, así como su posterior desecho en un contenedor de bioriesgo.

Imagen 2. Caja para objetos punzantes

Instrumental. Como ya he comentado anteriormente, es responsabilidad de la instrumentista y el cirujano, el que todo el instrumental regrese a su caja en perfectas condiciones (o por lo menos en las mismas en las que salió de ella). Todo el instrumental usado debe ser susceptible de recuento por seguridad del paciente y protección de los recursos del hospital. Es un hecho común el que en ciertas circunstancias algunas piezas de instrumental acaben en la basura, como por ejemplo pinzas de pintado, cangrejos para sujetar los campos y tijeras que se usen apara retirarlos al final de la cirugía, etc. Por ello la instrumentista no debe perder la concentración en ningún momento, incluso después de que la cirugía haya terminado debe prestar atención a estos detalles.

En lineas generales el contaje en quirófano es esencial para una práctica segura y responsable, por ello debemos darle la importancia y el tiempo que requiere. El contaje debe realizarse, además de bajo el sentido común, de forma regularizada y estandarizada a través de un protocolo de actuación, que han de conocer y seguir los integrantes del equipo como garantía de una buena práctica, para el paciente y para el profesional.


No hay comentarios:

Publicar un comentario