Los
torniquetes neumáticos son, debido a sus prestaciones quirúrgicas, elementos
imprescindibles en numerosos procedimientos en el ámbito de la
cirugía traumatológica y plástica. El control del sangrado y la capacidad de mejorar la
visibilidad del campo quirúrgico son los aspectos más ventajosos de estos
dispositivos. Pese a la simplicidad aparente de su mecanismo de acción, y a su
longevidad dentro del campo de la medicina, son numerosas las complicaciones
que pueden poner en riesgo la vida de los pacientes debido a las
características propias del procedimiento y/o a errores ocasionados por su mala
aplicación.
El mecanismo de los torniquetes, sea cual sea su naturaleza, consiste en la limitación del flujo arterial a una extremidad para limitar el sangrado y/o mejorar la visibilidad del cirujano. En este sentido podemos ver en el mercado torniquetes con mecanismos de acción diferentes, desde los neumáticos (Imagen 1), que son los más usados y que usan aire insuflado a un manguito que mantiene una presión estable, a otros que usan la técnica de exanguinación y torniquete en uno (Imegen 2) a través de la compresión por elementos plásticos.
Imagen 2
Con respecto a los torniquetes neumáticos, los más usados, son dos los aspectos fundamentales para el uso de estos dispositivos:
1. La capacitación del personal. Conocimeuntos sobre el aparato, el inicio y fin de la insuflación, el establecimiento de presiones máximas, colocación de manguitos, correcta exanguinación, etc.
2. El buen estado/mantenimiento del aparato y equipos. Revisiones por el fabricante o servicio autorizado para prevenir fugas, errores de presión, etc.
En muchas ocasiones personal inexperto o sin formación específica debe manejar estos dispositivos, lo que incrementa el riesgo de su utilización. Por otro lado, el fallo de estos aparatos por falta de mantenimiento es otra de las causas más frecuentes de error
1. La capacitación del personal. Conocimeuntos sobre el aparato, el inicio y fin de la insuflación, el establecimiento de presiones máximas, colocación de manguitos, correcta exanguinación, etc.
2. El buen estado/mantenimiento del aparato y equipos. Revisiones por el fabricante o servicio autorizado para prevenir fugas, errores de presión, etc.
En muchas ocasiones personal inexperto o sin formación específica debe manejar estos dispositivos, lo que incrementa el riesgo de su utilización. Por otro lado, el fallo de estos aparatos por falta de mantenimiento es otra de las causas más frecuentes de error
Todos los
artículos que he revisado coinciden en la necesidad de un protocolo, susceptible de
revisión periódica y de la importancia de la formación del personal implicado
en el procedimiento, así como un registro del uso del torniquete (Tiempo,
presión, equipo, etc.).
Los
estudios coinciden en las complicaciones más comunes originadas por diferentes
motivos, siendo las más importantes: daño nervioso (mecánico y/o isquémico),
hemorragia, quemaduras químicas y daños en la piel, Trombosis Venosa Profunda
(TVP), dolor y síndrome de reperfusión.
Para
hacer frente a las complicaciones, las recomendaciones generales son:
- Revisión, mantenimiento y limpieza adecuada del material y equipos.
- Adecuación del manguito de presión a las características del paciente y correcta colocación.
- Protección de la piel bajo el manguito.
- Uso de presión y tiempo mínimos necesarios.
- Exanginación previa a insuflado.
- Uso de medicación anestésica/analgésica.
- Manejo de antiradicales libres.
- Revisión, mantenimiento y limpieza adecuada del material y equipos.
- Adecuación del manguito de presión a las características del paciente y correcta colocación.
- Protección de la piel bajo el manguito.
- Uso de presión y tiempo mínimos necesarios.
- Exanginación previa a insuflado.
- Uso de medicación anestésica/analgésica.
- Manejo de antiradicales libres.